maratón de ruedas, luces de neón,
la gente que inventa cruzarte sin pase
entre la carrera de algún dormilón.
Dos camiones viejos, que tiemblan de fierros,
te cubren de sombra, con gritos de hollín
mientras en cadena se acumulan puestos,
te cortan el brazo, ya no resistís.
Pedís la lluvia
que truene el viento
pedís la calle
te dieron cerco
No ves la luna
al sol travieso
que ahora es sombra
con sed de fuego
Florido puño
vistió tu brazo
fingís belleza
llorás pasado
Siempre en la nostalgia, de tu vida en brío,
te acopiás en suelas que bailan traspiés,
la luna que besa, dibuja los giros,
tatuando tu pecho, quebrando tu fe.
Sos la vieja ochava, de filosa esquina
que frenaba al paso, moño del cordón.
Sos el escenario de fieles artistas,
naciste entre pistas, sos mi callejón.
Lourdes Cossio Alexandre 2012